The New York Times

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CIUDAD DE MÉXICO — Nos metieron dentro de un auto y nos obligaron a cubrirnos la cabeza con abrigos. De repente todo era oscuro. Por una rendija entre la ropa solo veía una luz roja: el láser del arma recorriendo nuestros cuerpos. Éramos tres periodistas en Tijuana, en la frontera con Estados Unidos. Trabajábamos en

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Murió el hombre que mandó matar a mis padres y a otras miles de personas. Murió la muerte, y no me alegra. En Córdoba, la provincia argentina donde nací, la muerte se llamaba Luciano Benjamín Menéndez. Una vez lo vi en la calle, en 1996. Era una tarde de invierno y yo tenía 18 años. Estudiaba con una